miércoles, 15 de octubre de 2008

Quiero Ser Papá

En esencia, hay dos tipos de hombres: los que no quieren niños bajo ningún concepto y los que si. Los primeros, mayoritariamente, se niegan a compartir su pareja con otra persona. Piensan que, a pesar de que en un “cuerpo a cuerpo” con el niño, ellos siempre saldrían victoriosos, ante las “armas psicológicas” de su vástago, no tendrán nada que hacer y se verán relegados a un segundo lugar, imposible de modificar, sean cuales sean los méritos que haga porque eso cambie.

Los segundos, llegada la treintena, tras un regate en el parque con un pequeño al que se le ha escapado el balón, vuelven con cara de lelo pronunciando siempre la misma frase : “Quiero ser papá”, mientras te tocan la barriga, que a veces pienso, si no creerán que las mujeres somos “tupper” con niños dentro.

Yo imagino la idea romántica de esos padres: un “Miniyo” por el mundo con el que poder jugar al fútbol en el parque, ponerle un pijamita de su equipo favorito... ¡Y esos domingos interminables jugando con el scalextric!, que seguro que años después, en una conversación de universitarios en el césped del campus sobre su infancia, él dirá:

- “Pues mi padre me obligaba a jugar al scalextric todos los domingos”
- “¿Scalextric? ¿Y eso que es?”
- “Pues un juego “carca” en el que, después de desmontar todo el salón, se montaba un circuito de coches para dar vueltas.”
- “¡Qué chungo! ¿No?”
- ¡Ya te digo! Sobretodo porque cada vez que lo montábamos, dejábamos a mi madre encerrada en la cocina o el pasillo, como el piso era pequeño...
- ¡Que cosas tenían estos viejos!


Y es que, no sé de qué hablarán los padres jóvenes o recién estrenados “en sus corrillos” pero la idea femenina de traer un hijo al mundo, no motiva en absoluto: estrías, varices, lumbalgia, pezones agrietados, cuarentena, ojeras de no dormir, ejercicios Hegel... ¡Como para no querer al niño después!

Después del parto, el objetivo más alentador, estéticamente hablando, es el de volver a entrar en tus antiguos pantalones y la esperanza de, en un futuro lejano, cuando ya no tengas que correr detrás de el/la niño/a, volver a ponerte esos zapatos de “pasión y lujo”, con taconazo de aguja y terminado en punta, que tanto te gustaban...

Y es que además los hombres, se olvidan de que, ese ser, es un ser nuevo, con sus propias ideas y sus propios gustos, cosa a la que, creo que las mujeres estamos más preparadas.

Si ir más lejos, el otro día me sorprendió la contestación que me dio un compañero de trabajo, al preguntarle si no quería tener un niño, además de una niña:

- “Antes sí, pero ahora lo he pensado mejor y prefiero sólo niñas. Así no me disgustaré si el niño me sale “raro” y prefiere leer a jugar al fútbol, o detesta mi afición a la caza. Con las niñas ya supones que pasará esto, y si al final decide seguirte, será una alegría que te encuentras”

Supongo que su pensamiento era sensato, pero yo, a su vez, pensaba:

- “¡Un hijo que prefiere leer a jugar al fútból!. Sería el sueño de cualquier madre...”

6 comentarios:

Juanjo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Juanjo dijo...

Creo que, afortunadamente, todavía quedamos hombres que usamos la cabeza para algo más que rematar un balón a la red.
Tened cuidado chicas, vaya ser que alguien quiera abrir el "tupper" por dónde no es, mostrando así, su cultura "furgolera"
A veces, hay que hacer la guerra por su cuenta. Si el padre no tiene nada mejor que ofrecer a su hijo que el himno de su equipo, la madre tendrá que leerle los cuentos, ¿no?

Treinta Abriles dijo...

Ja, ja, ja...
Pues afortunadamente, así es.

Muchas gracias por participar.

¿Para cuando uno de tus magníficos poemas en tu blog?

Juanjo dijo...

Ya está en marcha.

pasaba_por_aqui dijo...

He llegado a tu blog buscando la letra de un tango de Carlos Gardel, y me ha hecho gracia el tono que empleas un tanto burlón, un tanto sarcástico, y he sentido la necesidad de opinar. Es un debate que he tenido muchas veces y muy a mi pesar me temo que no he conseguido convencer nada más que a mi mismo.

Desde mi punto de vista la paternidad es una decisión que no se puede tomar valorando pros y contras.
Los hijos tienen esas "ventajas" que citas y muchísimas más: la falta de sueño, las visitas turísticas a urgencias, las noches en blanco poniendo paños de agua fría, los vómitos tipo el exorcista,... y mil cosas más, y eso si es un hijo "normal" (en todos los sentidos)
..pero sabes una cosa, todas esas "cositas" no son nada frente a que tu hijo te dedique una sonrisa, te agarre con su manita un dedo, te llame papa, te..

Se que algunos padres/madres no lo experimentan; una pena, nunca lo he podido entender. Los hijos queremos a los padres, o eso pensamos, pero ese amor no es nada, una mota de polvo en el viento, frente al amor incondicional de los padres a los hijos. Yo lo considero como una bendición de la naturaleza para compensar todo lo demás.
¿Como se puede tomar esa decisión con la cabeza si no podemos ni imaginar el valor de la incógnita más importante de la ecuación?

Por cierto, mi hijo prefiere la lectura al fútbol, igualito que su padre.

Y por cierto encontré mi tango:
Yo lluvia, llave llevo treinta abriles sobre mí....

Treinta Abriles dijo...

Pasaba_por_aquí, ¿Nos conocemos?
Tu comentario me es familiar...

Entiendo lo que dices: nada agarra más a la vida que la manita de un niño agarrado a tu dedo. El amor a tus padres sólo se entiende, enteramente, cuando pasas por la misma puerta que ellos pasaron... No lo discuto.

Gracias por pasar por aquí y espero que no sea la última vez que lo haces.